]Según la BBC, en 2013 había más de 20 millones de estadounidenses que vivían en mobil homes. Poniéndolo en contexto, es como si todas las personas de la Comunidad de Madrid, de Cataluña y de Andalucía viviese en mobil homes o casas prefabricadas.
«En los años 30, la gente empezó a vivir en esto tipo de casas en Estados Unidos. Estaban diseñadas para vacaciones y viajes, pero cambió la concepción que se tenía de ellas. Se empezaron convertir en hogares permanentes», indica Andrew Hurly, experto en este fenómeno. Las mobil homes se convirtieron de forma progresiva en una opción habitacional habitual entre los estadounidenses.
Los datos del Instituto Inmobiliario de Estados Unidos especifican que cerca de un 7% de los estadounidenses viven en residencias de este tipo. Lo que empezó como una solución para unas pocas personas con escasos recursos se ha asentado como una opción preferencial para muchas otras personas, que apuestan por estas viviendas económicas y ecológicas.
«Hay que tener en cuenta el amor que los americanos sienten por la libertad y la movilidad. El hecho de que puedas coger tu casa y llevártela a cualquier sitio cuando quieras conquista a muchas personas. Si no te gustan las circunstancias, coges tus cosas y pones rumbo a otro sitio, algo que no puedes hacer con una vivienda al uso», añade Charles Becker, profesor de Economía en la Universidad de Duke.
Poco a poco, los prejuicios de muchos estadounidenses hacia las personas que optan por este tipo de residencias se van borrando. Desde hace muchos años, las casas prefabricadas no son solo una opción barata para las personas con menos recursos. Siguen respondiendo a todos aquellos que busquen soluciones habitacionales económicas, pero también hay mobil homes que no tienen nada que envidiar a las mansiones de lujo. Eso sí, siempre con precios muchísimo más accesibles. Estas mobil homes de Sport Homes son un buen ejemplo.